Editor: Este ensayo y su introducción fue originalmente publicado el 29 de enero 2012.
Phillip Zarrilli, norteamericano, es un generoso hombre de teatro y académico de reconocido prestigio fuera de nuestras fronteras y actualmente afincado en Inglaterra. Quizás uno de los mayores conocedores occidentales de la teoría y práctica del teatro kathakali y el arte marcial relacionado kalarippayattu. Este último se convirtió en el objeto de su trabajo, tanto de actor, director y formador de actores, como de investigador. El artículo que publicamos en castellano recoge sus primeros acercamientos a la práctica del entrenamiento y los fundamentos de su particular visión sobre el actor-performer y la psicofísica de la actuación. Pertenece a la compilación que le dió fama internacional Acting Re-considered (Routledge 1995, reimpresa en 1996, 1998, 2000 y re-editada en 2001). Su más reciente y minuciosa publicación Psychophysical acting (Routledge, 2009) nos introduce plenamente, si estamos interesados, en un enfoque teórico-práctico ya maduro y estructurado en su totalidad.
La influencia en su trabajo de las artes marciales, la estética y el pensamiento filosófico oriental, así como del yoga y los paradigmas teatrales no occidentales, es notable e intrincada a través de la práctica del entenamiento (las secuencias de yoga, el t’ai chi y el kalarippayattu) como del proceso de actuación (improvisaciones estructuradas, taller o exploración y ensayos, representaciones y, de nuevo, el entrenamiento). Sin embargo, todo converge, como Zarrilli reconoce y uno mismo experimenta a través de este entrenamiento, en el uso de la energía, la concentración y la conciencia que uno desarrolla en y durante su actuación. Interpretar es un compromiso que uno adquiere con sus tareas en escena, con lo que hace en el momento de la actuación, aquí y ahora, la plenitud de su presencia y totalidad de las acciones que ejecuta. Su visión del actor nos acerca de manera inmediata al terreno de la danza y la gestualidad y nos aleja de la visión psicologista que ha caracterizado durante el pasado siglo el proceso de actuación y preparación del actor en Europa y, especialmente, Norteamérica.
Cuatro aspectos claves pueden resumir la práctica del entrenamiento. Tal y como se exponen en este artículo éstos serían:
Educar el cuerpo es para Zarrilli estar comprometido con el momento presente y no con la consecución de una meta u objetivo.
El tiempo es fundamental para ir descubriendo la energía a través la práctica y sentir el cambio que se produce en la relación entre el cuerpo y la mente.
Los principios clave en la psicofísica que define al actor y parte constituyente de su lenguaje son: fijar el foco o la concentración, coordinar el movimiento y la respiración, y mantener el apoyo del movimiento en las caderas (o centro) y en la alineación de la columna vertebral.
El proceso de conciencia que uno adquiere de y a través de la respiración, por su capacidad de actualizar la energía en el cuerpo y el estado de equilibrio y plenitud en el que lo físico y lo mental se encuentran (el cuerpomente).
Desde mi perspectiva, esta forma de entrenamiento ofrece una gran apertura y libertad para ser abordardo desde uno mismo como actor y permitirse una interacción individual con él. Actuar no es algo que uno pueda traer preconcebido cuando empieza su entrenamiento con Phillip, ni tampoco asumir (consciente o inconscientemente) que su preparación física como actor vaya a ser algo independiente de su proceso de actuación (interpretación). Una generalidad que he observado durante estos años de entrenamiento con él y con mis alumnos es que el compromiso con la disciplina potencia algo dentro de cada intérprete que, considero, tiene mucho valor en la actuación. La práctica te revela lo que tú traes como persona a la escena, tu propia experiencia de la vida y del teatro a través del conocimiento y patrimonio que tu propio cuerpo posee y que, a menudo, crees desconocido. En última instancia este entrenamiento te ayuda a lograr una cierta amplitud de miras hacia el teatro y, con el tiempo, llevarla al escenario. Una particularidad en mi estudio reside en el ámbito de la imaginación creativa. Con la práctica comprendes que tu trabajo como actriz no depende ni de la inspiración ni de las imágenes mentales que puedas visualizar, sino del proceso psicofísico que la imaginación – ya sea visual o de cualquier otra modalidad sensorial – es capaz de despertar y provocar en ti (tu cuerpomente) y en tu resultado escénico.
El enfoque psicofísico del entrenamiento es rico por las variadas y variables formas de interpretar este trabajo en uno mismo; es decir, del sentido que cada actor, bailarín, director o coreógrafo aprehende para sí mismo, independientemente del estilo, género y forma de actuación en la que esté involucrado. El desafío está, desde mi punto de vista, en lograr a través de una práctica constante un conocimiento cuerpomente sólido, que dé tal libertad y flexibilidad a tu propia experiencia del teatro y/o performance. Un entendimiento de este tipo sólo puede hacerse desde el cuerpo, desde la incorporación física de la práctica, que garantiza los beneficios que este tipo de disciplinas físicas, mentales y espirituales pueden llegar a tener en el trabajo creativo de cada uno.
Desde el equipo de Vértico esperamos que disfrutéis de este artículo que ha significado mucho para nuestro trabajo y el de muchos otros. Agradecemos personalmente a Phillip Zarrilli su permiso para publicar este artículo.
Sol Garre, el 29 enero 2012